¡Bienvenido de nuevo, querido escritor! En Volar Editorial tenemos presente que lo prometido es deuda. Por eso, el día de hoy, tras haber publicado El viaje del héroe en la novela individual, podrás leer cómo se aplica este recurso en la creación de una saga, tomando como ejemplo la saga de Harry Potter.

Sin embargo, antes de empezar esta segunda parte, me gustaría repasar un poco el artículo anterior: ¿recuerda lo que significa el término ‘monomito’? ¡Sí, así es! Se trata de la estructura básica de una historia; apreciable en (prácticamente) todos los clásicos grecorromanos; aun así, se puede aplicar en la actualidad, puesto que es una de las estructuras más claras y confiables que se pueden implementar en el proceso creativo cuando se es un escritor primerizo.

Hace unas semanas hablamos de los diez primeros pasos, ya que solo se necesitan esos para realizar una novela o cuento individual (si aún no lo ha leído, querido lector, puede encontrar el artículo en El viaje del héroe en la novela individual. Lo que nos trae al presente, donde exploraremos los dos puntos restantes, que son los que convienen a la hora de escribir una saga. Por supuesto, tal como la vez pasada, teniendo como referencia la obra Harry Potter y la cámara de los secretos.

El camino de vuelta es el nombre que corresponde a la fase de la historia en la que el protagonista regresa a su estado de normalidad, pues no hay batallas que librar que necesiten del héroe… Hasta que, bueno, simplemente no sucede. Es aquí cuando el héroe es perseguido para sellar una venganza o atender algún asunto pendiente; en el caso de nuestra referencia, Harry Potter y la cámara secreta, es el momento cuando un villano que se pensaba derrotado vuelve a aparecer. En la segunda novela escrita por J. K. Rowling, esto aplicaría para el primer y el segundo capítulo: en el que Harry vuelve a la casa de sus tíos (por vacaciones y por obligación) y es advertido por Dobby sobre un peligro inminente.

Con relación a lo anterior, para resolver dicho conflicto, el último paso de la estructura es la resurrección del héroe: en este punto, debe prepararse un regreso en una nueva realidad para el protagonista. En Harry Potter, se traduce en su regreso a Hogwarts para el segundo año. De aquí en adelante, el ciclo se repite una y otra vez, hasta que la historia completa se termine.

Por: María Herrera

Volar Editorial