Todos tenemos historias que contar
La idea de convertirnos en autores está a la vuelta de la escritura
No recuerdo haber conocido a alguien que hubiese nacido sabiendo todas las cosas. A lo largo de nuestra vida conocemos, aprendemos y nos establecemos en una línea o quizá un círculo, eso depende de la forma en la que lo veamos. Es por esto que puedo decir con seguridad que todos tenemos una historia que contar; una historia que puedes compartir al extraño que se te cruza, a tu mejor amiga, tu mamá o tu mascota, ¿por qué no?
A partir de eso tan sencillo como lo es tener algo que contar, se pueden crear muchas cosas y una de esas es un libro; finalmente, todos vivimos en un libro llamado vida, dentro del cual surgen capítulos llenos de drama, amor, desengaños, sueños, felicidad, aburrimiento y más; dichos capítulos pueden generar diferentes situaciones en nuestras vidas, y aunque los libros no son explícitamente la vida de una persona, sí es posible que aquello que hemos vivido influya en una historia que quizás a alguien le gustaría leer.
No he conocido al primer autor que fuera escritor cuando tenía 1 año de edad, y no por eso se detuvo a pensar que no podría escribir cuentos, chistes, anécdotas o la historia de otra persona. Claro, todo depende de nuestras habilidades y de lo que queramos perseguir, pero creo que muchos se pueden rendir, al pensar que es algo que no pueden hacer, y es en ese punto donde hay escritores escondidos, escritores con un libro esperando a ser escrito.
Lo especial de cada libro es que nos cuenta historias de otras cotidianidades, y en esas cotidianidades desconocidas encontramos mundos que nos permiten soñar, pensar y analizar cosas que hemos repetido en nuestra cabeza más de una vez, o a lo mejor eso que pensamos cuando vamos en el bus, mirando a través de la ventana e imaginando un mundo mejor; o tal vez, solo la comida que queremos comer. Es así cómo podemos entender que escribir, o escribir bien, es una disciplina que requiere de tiempo, tiempo que si decidimos emplear para llenar una hoja en blanco, nos daremos cuenta que tendremos más de una historia por contar y por eso: todos tenemos historias que contar.