Entrevista a Adriana Calvo
¡Bienvenidos, queridos lectores! Como es bien sabido, en Volar Editorial nos interesa que conozcas a nuestros autores tanto como a sus obras, por ello, en esta ocasión te brindamos la lectura de una breve entrevista a Adriana Calvo, autora de Paula Queer. De modo que… Te invitamos a que tomes tu café y lo disfrutes tanto como nosotros.
¡Bienvenida, Adriana Calvo! ¿Qué tal suena la idea de una entrevista escrita?
¡Hola, María Vinci y Jhonathan! Primero que nada, deseo agradecerles por esta entrevista. Me parece genial que sea por escrito. Da tiempo para saborear las palabras. Encantada.
Vamos a empezar hablando sobre Paula Queer, ¿qué la motivó a escribir esta novela?
La brutal realidad social tanto de México, como de muchos países del mundo. Paula Queer no es una novela romántica, no contiene escenas, momentos o descripciones fáciles: Enfrenta una ruda realidad que vivimos millones de mujeres en todo el mundo, así como los grupos vulnerables y colectivos LGBTQ+. Eso es lo que me motivó a escribir Paula Queer. Describir la crueldad e irracionalidad del mundo desde una novela, para hacer más fácil la narrativa, pero al mismo tiempo, proponiendo soluciones de largo alcance, que, desde mi punto de vista, pueden traer paz, seguridad, igualdad y libertad para todos en todo el mundo. Paula Queer se aleja de muchos estereotipos y su dinámica aplica a todos los rincones del mundo. Sí, de Oaxaca (México), para el mundo.
¿Algún personaje o suceso fue inspirado en una persona o experiencia real?
Fíjate que este es un hecho que aún me asombra y guardo en mi memoria y corazón. Hace años escribí, con pseudónimo, una novela, Paula, que trata de amor romántico, del amor idealizado, del amor al que durante largos años se nos ha acostumbrado a ver como algo que es una meta en sí mismo. No me refiero tanto al romanticismo del siglo XIX, que ha quedado plasmado en poemas y novelas, así como en la música; aunque, ese periodo es fantástico. Me refiero más bien a esos estereotipos que nos ha mandado el cine y la televisión a través de películas y novelas, que siguiendo un chiché predeterminado, hace parecer que la vida es siempre maravillosa a la luz del corazón.
La vida no es así. Después de escribir Paula, y como parte de mi trabajo en el Despacho de Abogados en el que trabajo (soy socia administrativa), un día llegó, buscando asesoría, la mamá de Paula, la verdadera, la real, la que encarna el personaje central de Paula Queer. La atendieron en el Despacho y me llamó mucho la atención la vehemencia con la que hablaba de su hija. Naturalmente, pensé. Poco después conocí a Paula personalmente. Simpática, luchadora, guerrera, una mujer sin miedo, altruista, comprometida. Ella llevó a su novia, Sofía. Las dos, carismáticas, enamoradas, luchadoras, guerreras quienes participaron en un sinfín de actividades, en un montón de acciones en favor de la gente, luchando tanto por las mujeres, por los hombres, por las personas que pertenecen a grupos vulnerables, como a las personas LGTBQ+.
Eran rudas, eran encantadoras, eran luchadoras, eran empáticas. No daban marcha atrás en su lucha. No temían, no cedían en su lucha personalísima y al mismo tiempo, colectiva, contra el patriarcado, contra la impunidad. Su lucha jamás fue en contra de nadie en lo personal. Era contra un sistema que invisibiliza a las mujeres, contra un sistema que genera impunidad, contra un orden social en el que matar, desaparecer, violar o manosear a una mujer no es atendido por nadie, salvo casos puntuales. Es contra el orden de cosas mundial donde la única constante es la impunidad, donde los débiles siempre son los perdedores, las víctimas y en muchos casos, además, son los malos de la historia. Si violan a una mujer: “ella se lo buscó”; “va vestida como puta”; «si la matan es por pendeja, por no saber con quién se mete o porque ella se lo buscó».
Y para el patriarcado y muchos estados nacionales (gobernados… ¡por supuesto, por el patriarcado!), si hay impunidad, no es cosa de mujeres o niñas; hay muchos crímenes que quedan impunes y no pasa nada, “pues estas cosas suceden” o “así es el mundo”. Esta visión maniquea de la vida, ha generado una enorme impunidad, una realidad de vida en la que cualquiera puede matar a otro y se considera como parte de «el orden natural del mundo” y no se diga que sea “otra” la persona muerta, la mujer asesinada, porque eso a nadie le importa.
Es un asunto de paz, de dignidad, de igualdad, de libertad, de seguridad, y claro, de justicia.
Finalmente, debo decir que, en la vida real, después de años de lucha, después de los ideales que persiguieron y representaron, ellas ya no están con nosotros. A la fecha, no han encontrado los cadáveres de Paula y Sofía. No son sus nombres reales, por supuesto, pero en sus rostros llevan impresos, aún hoy, la cara de cientos de miles de personas perseguidas, violadas, asesinadas o desaparecidas.
¿Por qué deberíamos leer Paula Queer?
Me parece que lo más importante es el llamado a la reflexión, a la acción, a la paz. Si bien es cierto que en alguna época ellas llamaron a la acción, también lo es que hicieron un llamado enérgico a la acción legislativa en el orden mundial, empezando desde la comunidad local, a los estados nacionales y a la comunidad internacional.
La propuesta que hace Paula Queer tiene que ver con esa mitad de la población del mundo que es víctima permanente de la otra mitad. ¿Así debe ser, por destino? ¿Las mujeres vamos a estar sujetas, por siempre a un patriarcado machista y centro fálico? ¿El mundo seguirá, por siempre, siendo como lo ha sido los últimos 5 o 10,000 años, un lugar de sufrimiento, desesperación y muerte para los débiles, incluyendo a las mujeres?
Creemos firmemente que no. Paula Queer hace propuestas concretas en ese sentido, propuestas que están al alcance de todas y todos, y que les invitamos a leer para que, entre todas, entre todos, hagamos realidad el cambio que necesita el mundo.
Es evidente, para todos aquellos que hemos leído la obra, que está escrita en lenguaje inclusivo, ¿cuál fue su propósito al usar lenguaje inclusivo en Paula Queer?
El lenguaje es el signo cultural por excelencia. Desde el vientre materno nos acostumbramos a que todo el arquetipo establecido desde hace miles de años hace que sea cómodo expresarse en un formato hablado, pensado, soñado, establecido, para hombres, que se han divinizado a sí mismos como centro del universo, dejando de lado a la mujer, a la que postran, violan, mancillan, a su gusto y sabor. Todo está estructurado de esa forma. La consecuencia es que ha penetrado profundamente en la sociedad, tanto, que muchos ni siquiera reflexionan, no se dan cuenta de lo profundo que es. Pensar y hablar de otra forma les aterra. ¿Las mujeres quieren hablar diferente? ¡Pero si toda la vida ha sido así! ¿Para qué quieren cambiar? Pinches viejas locas, ¿qué les pasa?
¿Qué piensa usted de la reciente controversia que nació en torno al lenguaje inclusivo y su falta de validación en la RAE?
En latín podría decirse así:
Quidni? Mundus non est sic. Linguam mutat, commutat vel perit.
O traducido al español:
¿Por qué no? El mundo no puede seguir así. El lenguaje cambia, se transforma o muere.
Esta traducción la obtuve de Google, pero es ilustrativa. Veamos: El latín es el eje sobre el que se construyó el español, el francés, el portugués, el catalán, el valenciano, el gallego y muchas otras lenguas que hoy son vivas, actuantes y vibrantes en todo el mundo. Sin embargo, la lengua madre, el latín: ¡es una lengua muerta! Sobrevive, apenas, en algunas bibliotecas y quizá en recónditos lugares del Vaticano, pero ha dejado de ser lengua de uso cotidiano. Sí, se murió. Es una lengua de museo.
Lo mismo pasa con los lenguajes modernos. La anquilosada y archi patriarcal RAE no ve más allá de sus rancias narices. Es brutalmente grosera cuando se le pregunta algo, como si respondiera desde el olimpo en el que se creen situados. No es así. No tienen más voto en la lengua española que el de cualquiera de sus hablantes. Encasillan al idioma español en sus torpes cultismos, pero, ¿saben qué? Pocos, muy pocos les hacen caso. La inmensa mayoría los ignora.
El idioma no se va a sostener de una forma u otra como lo dicta el canon. Eso está mucho más allá de lo que puedan aspirar quienes la conforman. La RAE, fundada en 1713, responde a una visión imperial que desapareció hace siglos. En esa época, los países latinoamericanos ni existían, pues estaban sujetos, como virreinatos o similares, a la metrópoli. Pero, ¿qué creen?, hace siglos nos liberamos de la bota peninsular. Respetamos a España y a las y los españoles. No estamos peleados con eso, pero tampoco creemos que ellos deban normar el uso del lenguaje español en todo el mundo.
Una visión cercana a eso nos la ofreció Martín Lutero al decir que el Papa interpreta la biblia como todos los demás. Si esto es así, y hablamos de cosas espirituales trascendentes, y la lengua lo es, ¿Por qué ellos van a reglar nada? Están alejados de la realidad social, ajenos al mundo, sentados en sus sillones de terciopelo, sin atender que lejos de ellos hay un mundo en constante transformación.
El inglés no lo regla nadie y es el idioma más potente del mundo.
Por cierto, ¿sobrevivirá el español, como lo conocemos?
No; el español como lo conocemos no sobrevivirá más allá de este siglo XXI. Pese a la RAE, el español se transforma todos los días, se adapta a nuevas circunstancias, y se potencializa desde Latinoamérica, no desde España.
Veamos un ejemplo: En la frontera norte de mi país, México, y la sur de Estados Unidos, hay una franja que se extiende unos 100 kilómetros, 50 de cada lado, por lo menos, en los que las familias de las naciones mexicana, centro y sudamericanas, han convivido con familias de origen anglosajón desde antes de 1848 (cuando se estableció la frontera Mexicoamericana), formando conglomerados bilingües por casi dos siglos. En ese espacio multicultural, potente científica, cultural, industrial, y comercialmente se ha empezado a hablar, desde hace unos 60 años, el “spanglish” una forma lingüística en la que se entrelazan elementos léxicos y morfológicos de los idiomas español e inglés, que es hablado ahora, desde la zona ya señalada (donde surgió) hasta todo Estados Unidos y partes de Canadá y México.
Así, al menos, lo define la RAE, sin atisbar que está definiendo lo que, con toda seguridad, va a cambiar el uso del español para siempre: El spanglish, va a sustituir al español tarde o temprano, o socialmente se adaptará más éste uso que el cultísimo y momificado español que pretende la RAE.
En conclusión, la miopía de la RAE en reconocer lo que es evidente y que afecta a la mitad de la población del mundo, especialmente a las mujeres que hablamos español, lo que está haciendo es hundir los últimos clavos del ataúd en el que quieren enterrar al español: De seguir así, antes de que pasen 200 años, veremos al español en los museos. Se niegan a cambiar. El mundo los dejará atrás, encerrados en sus museos.
¡Buena suerte, RAE!
Si pudiese chasquear los dedos y solucionar un problema social en el mundo, ¿cuál sería?
La desigualdad. Debemos pensar en un mundo más justo para todos, más sostenible, más diverso.
¿Qué cree que deberían tener en cuenta las personas no pertenecientes a la comunidad LGBTIQ+?
Mis postulados no van dirigidos solo a la comunidad LGTBQ+.
Son para todos.
Por último, pero no menos importante. En cuanto a los lectores que desean convertirse en escritores: ¿qué les sugeriría a la hora de escribir su primera novela?
Leer, leer, leer mucho. Y empezar a escribir… no hay límites. Todo está en ti.
De esta forma, lectores y apreciada escritora, hemos llegado al final de esta entrevista. Un agradecimiento al equipo editorial que vela por la publicación a tiempo y de calidad de las entradas del blog; a nuestro equipo de soporte técnico; y por supuesto, a nuestra querida Adriana Calvo, que nos acompaña esta entrevista. No olviden que quien escribe es María Vinci, que pueden encontrarme en Instagram como @chicaliterata y que volveré por estos lados para más entrevistas y tips de escritura.