¿Leer por obligación?
Como todo lo que aprendemos en la vida, la lectura, al igual que muchas otras cosas, se aprende a partir de algo que nos dicen que debemos hacer, y no solo eso, sino que al ser un oficio o una tarea indispensable para todos, se convierte así en una obligación: la obligación de saber leer.
Podemos decir con confianza, que todos tenemos el mismo inicio en la lectura, y de seguro, de niños no nos habrá parecido lo más entretenido para hacer, pero es ahí, en ese momento donde tenemos el privilegio de poder leer y de encontrar en ello una infinidad de cosas por aprender. El hecho de que tengamos que leer para poder estudiar, en ocasiones hace que este hábito no sea muy deseado, pero cuando nos damos cuenta del potencial que tiene, es cuando podemos decir que lo hacemos por gusto.
A pesar de que en las librerías los libros están por montones y que existen historias de todo tipo, no todos tienen ese gusto, un gusto que para mí, en particular, es un gran regalo. Pero ahora hablemos del hábito y lo que requiere: en este momento, contamos con las redes sociales y la mayoría de las cosas se han vuelto instantáneas, algo que no se puede lograr con la lectura y lo que más se acerca a eso son los resúmenes, aunque, de todas formas, para ello también se necesita el gusto por leer, porque en definitiva no existe un botón para acelerar la lectura.
La forma en que se desarrollan las cosas actualmente para poder digerirlas, nos exige cada vez que sea mucho más rápido, y sí, con esto me refiero a los contenidos que podemos consumir desde la televisión, hasta la red social de trabajo. Dicho esto, la instantaneidad es una ventaja y desventaja; una desventaja para acercar a las personas hacia la lectura, porque a diferencia de otras actividades, esta nos exige algo más de tiempo. Por esto y por muchas cosas más, considero que las personas que disfrutamos de leer somos privilegiadas al tener la oportunidad de encontrar tantos universos al alcance de unas páginas. Ahora bien, a riesgo de parecer pretenciosa, pienso que encontrar el gusto en la lectura no es algo exclusivo, sino de la dedicación en las cosas que nos interesan y de la motivación de aprender algo nuevo.
A pesar de estar rodeados de todo lo mencionado anteriormente, algunas cosas al parecer nunca cambian, así como el hecho de que todos comenzamos a leer por obligación, esa es una verdad que particularmente nos favorece durante toda la vida, pues ya sea por gusto o por obligación, aquí estamos, al final de este artículo, porque un día tuvimos que aprender a leer.
Por: Alejandra Cuestas