El universo que creamos
Leer es un hábito, un hábito que es difícil en muchas ocasiones tener. El cual de alguna forma se forjó estando en el colegio porque, todos recordamos tener los libros del plan lector, donde muchos pensábamos en dónde conseguir el resumen, pues las ganas no daban para tanto. Pero en el momento que nos atrevimos a leer un poco más de esas dos páginas de inicio, fue cuando nos dimos cuenta que podíamos crear un universo a través de las palabras.
Nuestra cabeza se convierte en una pantalla de cine, completamente dispuesta a crear cualquier parte de un universo desconocido; dar vida a personajes y hasta darles un aspecto. Es impresionante porque, cuando leemos algo que nos gusta, es inevitable no perdernos un poco ahí, en ese lugar. De alguna forma, creamos un lugar inspirado en la lectura que va acompañado de nuestra imaginación. Un lugar que cobra vida cada vez que abrimos un libro y que no necesariamente se cierra al terminar de leer, sino que permanece en nuestra mente por mucho más tiempo.
Las habitaciones tienen un color, los días pueden ser lluviosos en medio de un día soleado, y hasta viajar a otra época que de ninguna otra forma podemos ir. Casi que una máquina del tiempo son los libros, y una puerta inmensa hacia nuestra imaginación. Es así como muchos nos dimos cuenta que leer no solo es un hábito, sino un lugar que nos puede llevar hacia muchos universos. Ese espacio que podemos tener sin importar el lugar en donde estemos. Un día podemos estar en París; y al otro, en Vietnam, un día podemos estar en la playa; y al otro, en una nave que atraviesa el universo. Porque leer siempre será el universo que creamos.
Por:
Alejandra Cuestas
Editora creativa.